Las Experiencias y Relatos
Las voces de los Àngeles

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AQUI ESTAN ALGUNOS RELATOS DE LOS QUE HE CONSEGUIDO EN LA RED ,SON VARIADOS ¡OJALA QUE LES GUSTEN!

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El niño con peliposas


Hace algunos años, cuando mi hijita mayor sólo contaba con dos años y algunos meses de vida, un tierno suceso nos conmovió.
Mi esposa quitó las prendas del lavarropas y, lentamente, cargando un vientre de siete meses de embarazo y el fuentón repleto, se encaminó hacia el jardín del fondo, seguida de cerca por nuestra hijita. Pacientemente se puso a tender en la soga. La niña, que estaba en el otro extremo del patio, vino hacia su madre para contarle, con toda la naturalidad del mundo:
- "Mami ¿Sabés? Allá - señalando una esquina del patio - en la pared hay un señor con un nene que tiene una "peliposa" en la espalda que dice que me va a cuidar..."
(Traducción: "Peliposa", en el idioma de mi hijita es "mariposa", por ende, lo que vio es un niño con alitas en la espalda)
Deseo aclarar que en casa no tenemos imágenes de ángeles ni nada por el estilo y que nuestra hija no conocía hasta ese momento lo que era un "ángel". Mi esposa y yo quisimos sacarle más información del incidente. Pudimos averiguar que el "ángel" tenía un vestidito blanco largo y por comparaciones con las edades de conocidos, tenía el aspecto de un chico de 12 a 14 años, un adolescente. En cuanto al Señor que lo acompañaba, también lo cubría una especie de túnica, era alto y barbado. Este último fue el único que habló con mi hija, el chico simplemente se limitó a sonreír, mostrando una hermosa dentadura... Al parecer estaba allí para presentar formalmente a su protector. Si conversó con ellos o si sucedió algo más, lo ignoro. En vano es querer sacarle más de lo que te cuenta un niño... y tal vez sea mejor así, sabemos que ellos conservan la inocencia y por ello están más cerca de su Creador que nosotros, sus mayores. Ahora, mis dos hijas saben de sus ángeles de la guarda, de hecho hablan con ellos todas las noches, antes de ir a dormir. Mi mujer contribuyó con la Oración que ella misma recitaba cuando niña, quizá Uds. la conozcan, dice así, con las modificaciones finales del caso: Te doy mi corazón, tuyo es, tómalo


El Perfume de mi Ángel


Claudia perdió a su madre hace unos años, víctima de cáncer. Al margen de creer que ella la protege y aconseja permanentemente, debido a ciertas experiencias que quizá luego incluya aquí, también está convencida de la existencia de su ángel guardián.
Cierta ocasión, estaba reunida con un grupo de gente que practicaba meditación. El coordinador de este sugirió a sus alumnos se concentrasen en su guía espiritual y le preguntaran su nombre "porque todos los ángeles tienen un nombre", me dijo. Claudia no pudo, sin embargo, hallar la respuesta a este interrogante durante la clase. Terminó la sesión un tanto frustrada. Pero, un intenso y exquisito perfume la embargó.
- ¡Qué rico perfume! - exclamó en voz alta, dirigiéndose a sus compañeros - ¿Pueden sentirlo?
El coordinador y el resto de sus discípulos no percibieron ningún aroma. Ella pensó:
-¡Qué extraño, yo lo huelo en todo el recinto!
Concluida la clase, salió a la calle. ¡Cual sería su sorpresa al seguir percibiendo aquella delicada fragancia! Abordó el autobús que la llevaría a su casa y... ¡el perfume la seguía adonde quiera que iba! Allí fue cuando se percató de la importancia de aquella experiencia. Una voz dentro suyo le dijo: "Así es, este es el perfume de tu ángel... es mi perfume".
Este especial ser quería demostrarle a su protegida que nunca se hallaría sola, que Dios, a través de sus "soldados", estaría a su lado, en las buenas y en las malas.





El hombre misterioso

Una soleada tarde, Tita y su esposo caminaron por las pacíficas playas de "Maitencillo", pintoresca región, distante unos pocos kilómetros de Viña del Mar.
Ya al atardecer, la pareja se sentó sobre la tibia arena a contemplar la bella puesta de sol. Cuando el Astro Rey comenzaba a inundar el lugar con sus dorados rayos, últimos de aquel esplendoroso día, Tita, siempre impulsiva e inocente, embelesada por tan hermoso panorama, gritó a los cuatro vientos:
- "¡Chau Sol, eres muy hermoso, gracias, muchas gracias! ¡Hasta mañana, te espero!"
Ella descansaba su mentón sobre el hombro izquierdo de su marido, abrazándolo por detrás, cuando una figura "aparecida de la nada" atravesó su campo visual.
Era un joven hombre, alto, de cabellos claros que caían sobre sus anchos hombros, vestido con una túnica clara y "abrigado" por un manto color bordó. Recortado por el luminoso cielo pudo comprobar que era de complexión atlética. Tan pronto como apareció, aquel hombre elevó sus brazos al cielo y recitó una singular canción, en un lenguaje que a Tita y a su marido le era totalmente desconocido. Maravillada, la pareja lo contempló en silencio hasta que terminó su cántico.
Luego, el extraño se volvió hacia ellos.
- "Hasta ese instante no había podido ver su rostro, solo sus ondeados cabellos que jugaban con la brisa. Aquel hombre era de una belleza extraordinaria. Sus verdes ojos irradiaban paz y amor" - confesó Tita a mi abuela.
Y este le dijo a la dama:
- "¿Cómo está? ¡Qué bien, cómo admira al Sol! Hay que alabarlo... es bueno hacerlo..."
- ¡Cómo no voy a alabarlo si es hermoso! rió cálidamente Tita.
Y el hombre de tez dorada le devolvió la sonrisa.
- "Era la más amorosa sonrisa que había visto en mi vida" recuerda la joven abuela.
El desconocido se despidió con una sonrisa y un lacónico "Que estén bien". Impresionada, Tita, se quedó momentáneamente si habla. Contempló su esbelto cuerpo voltear. Pudo comprobar que calzaba sandalias de cuero, sujetas a sus piernas por tiras del mismo material. Cuando quiso responder al saludo, el extraño había desaparecido. Repentinamente había querido abordarlo, preguntarle su origen, porque, en un primer momento creyó que integraba algún grupo religioso o de estudios bíblicos. En vano lo buscó por toda la playa. Corrió hasta las escaleras que iban hasta la calle pero, sencillamente aquel ser se había esfumado.
Tanto había calado aquel hombre el espíritu de Tita que lo buscó el resto de sus vacaciones. No hubo calle, vecindario o playa sin escrutar... sin embargo fue en vano... el hombre de la túnica ondulante no volvió a aparecer...
Quizá pueda hallarlo en su interior... innegable morada de Dios


Demoras en el tráfico

Comenzaré relatando esta historia porque es la que me inspiró, de alguna manera, aunque tengo mis serias dudas de que haya sido pura "inspiración"... después de todo, todos escuchamos esa voz interior que nos sugiere tomar determinadas decisiones. En definitiva, esta es la historia que me abrió los ojos.
Me hallaba en el vehículo utilitario en el que me transportan todos los días a la planta petroquímica adonde trabajo y uno de mis compañeros comenzó a relatar una anécdota que le había ocurrido días atrás. Alejandro, de unos 40 años, es jefe de turno en la planta y un hombre serio y respetado por sus compañeros. Cuenta que salió de su casa en su automóvil nuevo con destino a la casa de un pariente. Llevaba mucha prisa; sin embargo, las cosas parecían no favorecerle aquel día. La camioneta que iba delante suyo parecía no importarle cuanta urgencia llevara Alejandro, a pesar de sus insistidores bocinazos. Simplemente no le daba el paso. "Era como que alguien me retuviera de los cabellos para que no avanzara" - comentó, turbado, mi compañero. ¡El conductor de la camioneta parecía no haberlo visto siquiera!
Finalmente, el vehículo que estorbaba desvió su rumbo. Decidió, pues, acelerar la marcha para recuperar el tiempo perdido. Pero, repentinamente, un camión salido de la nada, se interpuso como un bólido delante suyo. Apenas le dió tiempo para frenar. Alejandro sacó la cabeza para cantarle las cuarenta al imprudente conductor... fue en ese instante cuando comprendió que el inmenso carromato carecía de este importante "componente". Unos sorprendidos hombres salieron tras el desbocado vehículo, que se estrelló estrepitosamente del otro lado de la calle.
¿Qué habría sucedido si me hubiese adelantado algunos segundos en mi viaje? - se preguntaba Alejandro - Probablemente, ahora mi familia y yo estaríamos muertos... -fue su lacónica y, estoy seguro, acertada respuesta.
Y yo me pregunto, ¿Quién lo retuvo para que no fuera embestido por aquel camión? Creo que acertaron.



El ángel del balcón

un día, una niña llamada nuria estaba sentada en el balcón de su casa en la barandilla que da a la calle. en un momento dado, en un descuido, la imprudencia le hizo perder el equilibrio y su pequeño cuerpo se balanceó hacia atrás para caer al vacío, pero algo mágico pasó. sintió como dos suaves manos invisibles que se posaban en su espalda la volvían a colocar en su lugar, retomando el equilibrio perdido, evitándose así un accidente. está claro que a esta niña no le había llegado su hora aún, y su ángel de la guarda o dios, le díó una nueva posibilidad para seguir caminando por este mundo un tiempo más, quizás por algún motivo en especial. parece que no estamos tan solos como parece, ni aún en los peores momentos.
Un ángel de luz
tres amigos, tenían una conversación metafísica y religiosa en un bar. alejandro y su señora francis estaban a favor de las creencias del más allá mientras gustavo negaba todo aquello con excelentes argumentos científicos, que desarmaban la fe de la pareja. cuando termino la reuníón aquella noche, se despidieron de gustavo y regresaron a su casa. mientras iban en el coche cada uno por su cuenta, sin comentárselo el uno al otro, reflexionaban sobre las palabras convincentes que había dicho su amigo Gustavo. la verdad que a los pobres les había entrado una duda grande sobre la existencia del mas allá y quizás hasta de dios mismo, pero no sabían que este le tenía una sorpresa preparada.
aquella noche, cuando entraron a su casa, llegando al comedor, pudieron observar como de detrás de una puerta aparecía una luz indescriptible que llegaba hasta el techo, muy brillante, a pesar de la belleza de la luz, francis se asustó por el tamaño de semejante luz, pero de pronto como si la luz lo supiera, empezó a empequeñecerse hasta medir aproximadamente un metro de diámetro. luego esta luz se desplazó de izquierda a derecha desapareciendo atravesando la puerta de entrada.
aquella noche, Alejandro y Francis, reflexionaron sobre lo que pasó aquella noche profundamente, y llegaron a la conclusión de que la aparición de esa luz no fue casual, llegaron a pensar que aquello era mas bien una señal, un mensaje del cielo, que decía "confiad, tened fe, no perdáis la esperanza, no estáis solos". pienso que alejandro y francis recibieron una gran lección, y a partir de aquella noche, no volvieron a dudar más de la divinidad.

un día estando en la avenida caracas de bogota colombia, esperando el transporte que me llevara a casa, en ese momento un honbre se me acerco y me dijo que lo acompañase a buscar una dirección sacando un fajo de dolares y paso como una baraja de naipes y diciendo que tenia dinero para pagarme el favor si lo acompañaba,pero en ese momento quede estática que no podia ni moverme, entonces se acerca otro hombre y entre los dos me incitaban a que los acompañara.pero como cosas de dios una señora se presento en el separador de la avenida y haciéndome señas que me alejara y yo no podia por más que lo intentaba ,no me di cuenta en que momento cruzo hasta donde yo estaba y me hablo diciéndome hasta cuando voy a esperarte ,en ese momento reaccione y me fuí con ella tomándome del brazo y empezó a decirme cosas que no pude entender muy bien pero que se referia a algo malo de estos hombres, me ayudo acoger un taxi ,yo me subi al taxi y cuando volví a mirar para despedirme que eso fue cosa de un segundo ya no la volví a ver . Después me di cuenta que esto era el ángel de mi guarda


El camino a casa


Mi primera experiencia consciente con los ángeles, fue muchos años después, al regresar de una fiesta, una noche...
Veníamos en una camioneta unas siete u ocho personas, entre las cuales tres eran niños de la familia.
El lugar al que nos dirigíamos quedaba a varios kilómetros de donde se había celebrado el festejo, fuera de la ciudad. Era una noche cerrada y el camino estaba bastante solitario.
De pronto el motor del vehículo comenzó a fallar, y nos quedamos en el medio de la ruta a oscuras en una zona bastante despoblada y peligrosa.
El único hombre que estaba en el grupo, el conductor, bajó de la camioneta, revisó el motor, no encontraba la manera de hacerlo arrancar nuevamente y de tanto intentarlo se agotó la batería del mismo. Los chicos comenzaban a impacientarse, porque tenían sueño y querían llegar. Por otra parte nosotras las mujeres empezábamos a sentir una gran inseguridad por la situación en la que nos encontrábamos. Yo estaba sentada adelante en el sitio del acompañante y al ver que no salíamos del problema decidí, por primera vez invocar a los ángeles, pidiéndoles ayuda para salir de ese horrible lugar.
Cerré los ojos, traté de abstraerme, concentrarme y comencé a llamarlos mentalmente.
Mientras el murmullo general se iba apagando suavemente en mis oídos, presentí que se acercaban velozmente hacia nosotros un grupo de cinco ángeles de enormes alas, los vi en mi mente rodeando el vehículo, como si fueran personas empujándolo para moverlo y llevarnos al lugar deseado. Dos de ellos estaban a cada lado de las puertas delanteras, uno exactamente al lado mío. Y los otros cuatro ángeles ubicados a los laterales, en la parte trasera.
Y así fue como de pronto, escuché nuevamente el motor encenderse sin explicación lógica. El conductor, sentado frente al volante comenzó a maniobrar y lentamente empezamos a tomar velocidad.
Yo no abrí los ojos en todo el trayecto, solo me dedicaba a sentir cómo esos ángeles de enormes y hermosas alas nos llevaban lentamente por el camino hacia la ciudad.
Al llegar a esta recorrimos las calles, siempre a la misma velocidad, eso me llamó poderosamente la atención, porque no hubo semáforos rojos, ni esquina en donde frenar. Y lo más llamativo de la historia fue que cuando arribamos a la casa el motor se apagó nuevamente y no encendió más.
Al día siguiente tuvieron que remolcar la camioneta hasta un taller porque no hubo forma de hacerla funcionar.